25 de agosto de 2009
1er día de clase
Gaby como siempre llego tarde mientras yo me reía con Orion del eco que hay en nuestro salon...
Y en la escuela hay ardillas...¿Qué puede ser mejor? xD aún no la veo u_u
Y pues...entramos media hora antes, a las 7 am, sacrificio suficiente si salgo una hora antes de lunes a jueves y dos antes el viernes ^^-
No he hecho la tarea asi que me retiro a hacerla
Y....Buenas noches[?]
Si leiste hasta aqui y comentaste [o no] te ganaste una sonrisa ^^-
Les dejo el video que me encanta y siempre me sube el ánimo [yay!`~]
23 de agosto de 2009
No me obligues a poner un título...
Y pues... ah.... ¿Me presento?
Etto...soy Isabel, me pueden decir Hatter, de preferencia. Soy un especimen masomenos asi
[Solo que sin la camiseta prestada de "I love you" y con lentes] De 17 años, casi 18, lo que significa por ende que ya casi soy una persona legal y con permiso del gobierno para votar [yay!].
Soy una Aries, lo que ya de por si significa [Si crees en el horoscopo] que soy una persona de caracter muy fuerte, si a eso le sumamos que en mi familia somos personas dificiles, sabras lo terrible que puedo ser cuando me enojo, a veces soy un poco agresiva, también suelo ser muy perfeccionista, igual un poquito desesperada en algunas cosas. Soy verdaderamente sarcástica asi que si llego a contestarte así no te enojes es solo que así estoy acostumbrada y es igual con todos. Por lo mismo tengo un sentido del humor fuera de lo "común". Aun asi soy en realidad una persona bastante cariñosa y amable. Me desespera muchisimo, pero muchisimo, que la gente escriba AsZiPp! ÖSzEëA q LeSz PaSza????!!! no les da FLOJERA!?
Me gustan mucho las cosas dulces, pero no me gusta comerlas porque me adormecen u u.
Soy de la idea de que la primera impresión no siempre es la correcta, aun así, mi buena opinión una vez perdida esta perdida para siempre.
Si no llego a acordarme de sus nombres, disculpen,pero no tengo buena memoria para nombres, soy mejor con las caras.
No creo que la gente sea "rara" o "extraña" para mi nadie es "normal" por eso mismo noo me gustan las etiquetas...en serio. Odio cuando la gente dice "Somos iguales", tú eres tú yo soy yo, punto. De todas maneras respetos gustos, formas de pensar, y modas, a mi sinceramente eso me da igual, a una persona no llegas a conocerla solo por como se viste.
Me encanta ver doramas, animes, leer, y escuchar música[Y puedo hacerlo todo el día]donde todo va bien mientras no me pongas reggaeton, no es nada personal pero los ritmos hacen que me duela la cabeza u u.
Por lo pronto me entretengo bastante escribiendo de todo. Poemas [aunque en eso soy pésima], historias cortas, historias largas, FF [Aunque sean obras originales]. Por lo mismo para los cumpleaños de la gente suelo regalar una historia.
Bueno....creo que ya me extendi mucho n.nU así que de momento me retiro.
Ja ne~
Y aclaro que me gustaban los vampiros desde antes de Twilight [Crepúsculo] ¬¬
13 de enero de 2009
Pesadumbre
la luz golpea mi rostro
y siento el enorme gozo
que me brinda el amanecer.
Mas siento
invadire la tristeza
la nostalgia, la soledad
hoy los fantasmas de la vida
aparecen ante mis ojos
en mi mente, mi espiritu
y encadenan mi andar.
Hoy el peso de la vida
lo siento crecer abrupto
no siento en mi vida el fruto
que traiga a mi alma paz.
Caminare lento
al transcurso del dia
no se decir
donde al llegar la noche
mi espiritu, mi vida
ira a parar.
10 de octubre de 2008
In the shades
Eclipse 01.
Lluvia, como afiladas agujas impactaban contra su piel pero a él no le importaba, solo miraba algo en el suelo, charcos llenos de agua, lodo y un precioso liquido escarlata, apretó los puños. Estaba decidido.
La luz del sol colándose por la cortina lo despertó, agradeció que solo fuera un sueño… o mas bien, un fantasma del pasado. Se levanto frotando sus castañizos cabellos, odiaba tener ese mal sueño. En cuanto se puso de pie las cortinas que ocultaban el gran ventanal se abrieron de par en par, no pudo evitar hacer una pequeña mueca; miro molesto al pelirrojo que sonrió inocente, como un niño pequeño.
-Hora de levantarse, Kazu.
-¿Tienes la mínima idea de la hora?
-Las siete de la mañana, ¿por qué?
-¿Tu que crees? -reitero el castaño. Un suspiro escapo de los labios del segundo joven-, ¿ahora que?
-Hay que trabajar, y no salgas con que el sol te quema -alego mostrando una cámara- esos son mitos viejos.
El castaño, indignado, se dirigió al armario más cercano donde abstrajo algunas cuantas prendas. Las coloco sobre la cama y ordeno al pelirrojo salir, añadiendo que se verían en la entrada; el chico de mirada esmeralda, algo quejoso, hizo caso.
Pasaron veinte minutos, algo más o algo menos, cuando Kazuma se decidió a pasar por la entrada de la lujosa mansión. Miro cuidadosamente toda la estancia antes de poner un pie en la recepción, de pronto una voz a sus espaldas lo hizo estremecerse.
-Kazuma-sama, ¿qué hace? -preguntó una voz cansada, por el paso del tiempo sin duda. El castaño pudo respirar de nuevo. Extrañado, inquirió-: ¿le sucede algo?
-En absoluto, ¿dónde está Kiyoshi?
-Kiyoshi-kun se ha adelantado… -contesto el hombre mayor-. “Me adelantare”, es el recado que le manda.
-¡Que tenga suerte, Kazuma-sama!
Se extraño bastante por las palabras del mayordomo. Al salir una refrescante brisa acario su rostro, hacia un poco de frío, en especial por las sombras de los árboles que rodeaban aquella mansión. Se encamino por un imperceptible sendero, obra de la hierba que lo cubría casi en su totalidad, avanzo durante un considerable tiempo hasta llegar al cristalino lago tan reluciente como el diamante, un pez chapoteo un poco, podía distinguir con sorprende exactitud a los diferentes habitantes que recorrían el fondo; una interesante gama de peces. Un sonido lo hizo ponerse alerta, giro velozmente la mirada alistándose para cualquier cosa pero no alcanzo a distinguir más que una sombra antes de sentir el suelo y las hojas de un arbusto, sin mencionar el peso sobre él.
-Retrasado, de nuevo Kazu, es increíble… -aquella voz era inconfundible- terminaras rompiendo algún record por impuntualidad.
-¡Bájate Kiyo!
-Bien, -refunfuño levantándose-, por cierto, te he tomado una fotografía en “estado vulnerable”, me sorprende que hasta tu tengas ese lado. ¡Nunca lo muestras!
-Entrégamela.
-No, es mi cámara de la que hablamos, no la tuya.
-Dámela, es una orden -sonrió triunfante.
En el acto el joven obedeció, su expresión era de molestia, se le hacia injusto que cada vez que el castaño añadía las palabras “es una orden” su cuerpo lo traicionaba y se movía solo… o mas bien era que no podría desobedecer una orden de “Kazuma-sama”.
-Oh, mira, un pájaro con plumaje azul -de pronto soltó extrayendo otra cámara fotográfica. Kazuma no pudo evitar mirarlo de modo atónito, ¿o tal vez quejoso?
-¿Cómo es que llevas tantas cosas enzima?, ni siquiera se nota, -miro al ave despegar- ¿lo has fotografiado?
-No, esta cámara no tenía demasiado alcance.
-Que poco profesional, y pensar que tus fotografías se venden en miles o millones.
-¿Y…?
-Kazuma-sama, creo que alguien se acerca… su aura se me hace desconocida.
-¿En serio? -inquirió con sarcasmo.
-Kazuma-sama, quédese atrás por favor.
Un hombre apareció entre los árboles, era alto y de contextura un tanto robusta, sus cabellos eran cortos y tan oscuros como sus ojos y el pulcro traje azabache que usaba. Hizo una rápida reverencia en señal de tregua, sin embargo el pelirrojo no se atrevió a despegarse siquiera un milímetro de su “amo”.
-Vengo en paz -anuncio el recién llegado.
-Claro, -gruño el ojiverde, igual que un perro guardián lo haría.
-Kiyoshi, -llamo el castaño-, déjanos solos.
-Pero Kazuma-sama…
-Es una orden -reitero.
-Como diga Kazuma-sama -mascullo- disculpe mi insolencia, con su permiso -pidió, cuando paso junto al extranjero lo miro de modo retador- mis más sinceras disculpas, honorable invitado -añadió antes de continuar.
Ambos vieron como Kiyoshi se alejaba, y una vez estuvo a una distancia prudente el castaño se recargo en un árbol observando la estupida y presumida sonrisa del forastero adornar su rostro. No le gustaba para nada la mirada que tenia. Un delicado silbido escapo de los labios de Kazuma, captando con éxito la atención del hombre moreno.
-Que sirviente tan interesante, un poco rebelde pero al fin y al cabo obediente con su amo.
-¿Qué quieres? -fue al grano, cansado de las vistas no deseadas.
-Kazuma-sama, líder de la casa Von D. debe regresar a Londres de inmediato.
-No me hagas reír, no pondré ni un cabello en esa sucia ciudad.
-Debe hacerlo, no se permitirá que falte esta vez. Es demasiado importante.
-No es no.
-Al menos que quiera que algo le pase a los respetables miembros que habitan su casa.
-Vaya, no me he equivocado -rió el joven Von D- los vampiros de Londres siguen siendo tan rastreros como siempre.
-Momentos desesperados requieren medidas desesperadas, mi estimado Kazuma-sama.
El joven Von D tardaba demasiado en llegar, eso preocupaba exageradamente al chico pelirrojo que no dejaba de dar vueltas en la recepción; no aguanto más, corrió hasta la puerta y al abrirla se topo con el joven castaño quien tranquilamente entro a su residencia como si nada hubiera pasado. Subió las escaleras hasta ser detenido por una voz.
-¡Kazu! ¿Qué ha sucedido? -exigió saber.
-Nada que te concierna-susurró el castaño, intentando seguir su camino, que se vio bloqueado por el pelirrojo.
-¿Qué sucedió?
-Haz tus maletas, nos vamos a Londres, ¡Ahora!, y créeme Kiyo, que no es una pregunta.
-Ni siquiera te gusta asistir a esas reuniones, ¡¿Qué paso?!
-Dije que empaques tus cosas porque vamos a Londres -le espetó frívolamente, cosa que sorprendió al pelirrojo que sin embargo no retrocedió-. Y es una orden-susurró las últimas palabras con una malicia increíble para un chico que pasaría apenas por los 19 años.
-Si… Kazuma-sama -tartamudeó intentando rechazar la orden, pero de nuevo su cuerpo lo traiciono.
El castaño se adentro en su habitación, miraba el jardín, tan extenso… con las aves recorriendo el cielo azul tan libremente. Desafortunadamente él poseía al igual que se le arrebataba esa codiciada joya que le permitía hacer lo que quisiera. ¡Pero no más! posiblemente pronto lograría obtenerla para siempre y no la dejaría ir tan fácilmente.
-¿Puedo pasar?-preguntó la voz de alguien mayor desde fuera.
-SI, adelante, Shirase.
-Joven amo, ya tengo todo planeado para su viaje a los Londres-informó el mayordomo entrando en la iluminada habitación.
-Excelente, ¿Cómo están organizados para llegar a la mansión?
-La mitad de los sirvientes, se va esta noche, para llegar al amanecer, de los que quedan la mitad se va al amanecer. Lo que nos deja con 20 sirvientes, de esos 20, cinco parten con usted mañana al anochecer, por supuesto, que entre los que parten con usted me encuentro yo.
-¿Qué haría yo sin ti Shirase?
-Hay algunas cosas que es mejor no averiguar, amo.
-Valla, aun me llamas amo. El mundo ha cambiado mucho en 150 años.
-Ha cambiado más en los últimos 350 que llevo con usted.
-Bueno si nos referimos a eso, los últimos 450 han sido particularmente interesantes, digo, tú sabes
-Pronto será de nuevo su cumpleaños, joven amo.
-¿De nuevo?, oh, no, por favor no. Parece que fue ayer cuando cumplí otro año, me empiezo a sentir un poco mayor.
-El tiempo pasa de forma curiosa, amo.
-Lo hace, y mucho. Puedes retirarte Shirase, ya te he quitado bastante de tu tiempo.
-No es que exactamente el tiempo me falte, sin embargo, comprendo que usted desee estar solo.
-Gracias de nuevo-respondió con una leve sonrisa, leve, si, pero sincera.
-¿Y yo qué culpa tengo de que el este de mal humor?-gruñó Kiyoshi, lanzando ropa desordenada y al azar a su maleta, que estaba varios metros a su espalda-. “Es una orden”-imito en tono infantil- ¿¡Y a mí que me importa?!-gruñó de nuevo- Puedes tomar tu orden y hacer con ella lo que se te de tu maldita gana-exclamó emprendiendo una pelea con un pantalón que se había atorado en la puerta.
-Joven Kiyoshi-intervino Shirase entrando a la habitación-. Puedo volver más tarde, si así lo desea-y por alguna razón Kiyoshi lanzo una mirada hacia el espejo junto a la puerta. Se vio a si mismo parada en medio de un montón de ropa, misma que seguía un pequeño camino hasta un sofá donde se encontraba la maleta abierta, con la misma cantidad de ropa alrededor, y dentro solamente un calcetín y una correa de cámara. Así que solo salto un pequeño “oh”.
-Lo siento, ¿puede?… ¿por favor?, solo serán 10 segundos-pidió avergonzado, aunque no era tanto un orden, era lo que el mismo llamaba una “sugerencia amistosa”. Cuando el hombre mayor entró de nuevo en el cuarto, todo estaba en orden y el chico en cuestión, se hallaba cerrando la maleta.
-Mucho mejor, joven Kiyoshi-elogio el mayordomo.
-Lamento el desorden.
-No se preocupe, la habitación del joven amo Von D, siempre termina peor que esta cuando nos mudamos.
-No nos estamos mudando.
-No, pero para el amo cada día es como una mudanza.
-¿En serio?, solo ha habido dos mudanzas desde que vivo con ustedes, y aun era extremadamente joven.
-Una justo después de que se nos uniera, y otra apenas unos meses después.
-¿Shirase?
-Sí, ¿diga?
-Se que no debería preguntar pero lo estoy pensando desde hace un tiempo, ¿Cuántos años tiene Kazuma-sama?
-No lo sé.
-¿Disculpe?-preguntó con incredulidad.
-Cuando yo fui convertido en vampiro, el joven amo ya era uno, y al parecer debía de llevar algún tiempo así, sus poderes ya estaban casi al máximo.
-Entonces, ¿Kazuma-sama es el más fuerte en este momento?
-No es el más fuerte, pero si uno de los más fuertes, no cualquiera se compara con el, incluso posee algunas cualidades de las que carece el Gran Maestro, aunque claro está, que no es realmente poderoso junto al Gran Maestro.
-Entonces, ¿hace cuanto que conoces a Kazuma-sama?
-Más o menos unos 400 años, cuando me estaba transformando, acabo con el que me convirtió, y cuando me vio guardo su arma y me dijo “No eres un vampiro aun, no te puedo matar, pero ten por seguro que cuando lo seas volveré por ti” y se marcho.
-El Kazuma-sama que conozco no es así.
-Bueno, el joven amo ha cambiado bastante en los últimos 200 años. Cuando yo lo conocí no reclutaba vampiros como sirvientes, así como ahora, en ese entonces se dedicaba a exterminarnos.
-Sigo sin entender algo.
-Me pregunto, ¿Qué será?
-¿Por qué si Kazuma-sama es un vampiro exterminaba a otros como él?
-Eso es porque el amo, protege a los humanos porque…-se interrumpió.
-¿Por qué?
-Lo siento mucho joven Kiyoshi, he dicho más de lo que debería, la orden del joven amo se ha hecho presente, me gustaría decirle más, pero deberá preguntarle al amo. Partimos mañana al anochecer, me retiro.
-Gracias, buenas noches.
-Kazuma-llamo Kiyoshi desde el sofá-. Tengo una pregunta-sonrió como un niño pequeño.
-Oh no, oh no, ¿Otra más? En serio, ¿Qué nunca dejas de pensar?, deberías dejar la fotografía, algo que te haga usar más la cabeza.
-Solo una pregunta más…-pidió con cara de ruego-…por hoy.
-¿¡Por hoy?! ¿Tu planeas matarme o qué?, claro está, figurativamente hablando. ¿Tienes la mas mínima o remota idea de todo lo que he estado haciendo el día de hoy?, preparando todo para mañana que lleguemos. No podemos llegar de día, porque no quiero tener partes rojas en la piel. Y ahora tu vienes con tus preguntas, en serio, un consejo como amigo, como tu hermano, ¡Deja la fotografía!
-Lo siento.
-Bueno, da igual, fuera o no tu intención ya me tienes bien despierto, dime…-se interrumpió con un largo bostezo-… ¿Qué era?
-No, nada realmente importante, solo una pregunta…
-Sí, eso ya me lo dejaste bien claro.
-Pero ya te dije, nada importante, mejor descansa.
-Te ordeno que me lo digas.
-Yo…quería…-tartamudeó intentando resistirse-sa…sabe…saber….
-Acaba de una buena vez-urgió Kazuma.
-¿Cuántos años tienes?-terminó el pelirrojo algo cohibido.
-Bueno, en realidad, no lo sé-contestó encogiéndose de hombros.
-¿Cómo?, eso es imposible.
-Bueno, no realmente, cuando yo nací no se registraban las fechas como ahora, me refiero a que no había realmente un año, me refiero a que, nacías el 24 de octubre, por ejemplo, pero solo eso, no había un año, especifico. Técnicamente según lo que he investigado tú eres un año mayor que yo.
-¿Qué mas dicen tus investigaciones?
-Bueno, según mi físico, tipo de sangre, y algunas de las cosas que me dijo la persona que me convirtió, debí tener casi 19 años cuando pasó todo.
-¿Qué recuerdas de tu vida pasada?
-Todo es vago, digo recuerdo rostros, mi padre, mi madrastra, mi medio hermano, pero todo es como si intentara ver a través de un cristal empañado bajo el agua.
-¿Por qué pasa eso?
-Hey, hey, ¿Qué no prometiste solo una pregunta más por hoy?, como sea, no pretendo ser un experto en esto, porque simplemente no lo soy. Comparado con los más antiguos de nosotros, yo soy solo un niño. Hace un tiempo hice unas investigaciones con otros dos vampiros, y creo que logramos descubrir algo importante, es porque al convertirte, lo que nosotros llamamos “renacer”, tu corazón y tus demás órganos se detienen…
-Pero el corazón de todos aquí, sigue latiendo, el de Shirase, el tuyo y el mío, todos los de nosotros siguen latiendo.
-Déjame terminar por favor, jamás podré terminar si sigues interrumpiendo así.
-Lo siento, continua.
-¿En que estaba?, ah sí, tu corazón, cerebro, pulmones, todos tus órganos se detienen momentáneamente, esto es el efecto del veneno del vampiro extendiéndose por el cuerpo, aunque no entiendo muy bien esta parte del proceso, en resumen es como si tu cerebro fuera una planta eléctrica que sufre un repentino apagón, todo tu cerebro muere, es por el veneno filtrándose y cuando el proceso de filtrado termina, es decir, después de un momento todo vuelve a la normalidad, pero por la falta de oxigeno, tiene repercusiones graves, algunos puntos de tu cerebro quedan permanentemente muertos, por ejemplo, tu capacidad de envejecer, lo que nosotros llamamos “Detener el tiempo de alguien”.
-Interesante, pero sigues sin explicar lo de los recuerdos.
-Valla y yo que estaba pensando que lo habías entendido y estaba creando una tangente. Bueno lo de los recuerdos es más fácil, después del apagón, como ya te dije algunas “oficinas” quedan oficialmente despedidas, y para compensar eso, otras oficinas, trabajan el doble, eso explica, la velocidad, fuerza, resistencia, percepción, y todas las geniales habilidades
-Claro está, como te dije, son solo suposiciones, no puedo probar esta teoría, necesitaría un sujeto de prueba, y obviamente, no pienso crear a otro vampiro solo para comprobarla. Si en Londres tienes oportunidad de hablar con Armand o con Genevive, te ilustraran mas, ellos llevan mucho más tiempo investigando esto. Solo estuve con ellos unos 50 años, y ellos ya tenían muchas investigaciones hechas en ese entonces.
-Armand y Genevive, ¿cierto?-apuntó mentalmente mientras el castaño asentía, para desaparecer y aparecer de nuevo con varios utensilios de escritura-. ¿Qué hacen ellos?
-¿Te refieres a en este momento?
-Por supuesto.
-Están a punto de celebrar su boda número 20, una pareja realmente adorable, salpican miel, aunque el verlos a ellos, me hace preguntarme, ¿si algún día, uno claramente remoto, encontrare alguien con quien quiera casarme 20 veces seguidas, y siga enamorado?
-¿Y que esa persona te siga soportando?, imposible.
-Es cierto, soy demasiado perfecto para una sola persona.
-Estás enamorado del amor, y eso sinceramente es un poco aburrido después de un tiempo.
-Bueno, ¿Qué se supone que haga si las chicas vienen a mí?-preguntó con burla garabateando a toda velocidad sobre el pergamino.
-Evadirlas, ¿Qué es eso?-preguntó señalando el papel.
-Un par de cartas, que es urgente entregar.
-¿Mandaras a alguien?
-Esta vez, voy en persona a entregarlas personalmente, concierne solo a los participantes, y es muy importante-terminó sellando los sobres.
-Una letra de canción.
-No la llevaría en persona si así fuera.
-¿Para qué?, el clima es perfecto.
-Aquí si, a donde voy hace un poco de frió, vuelvo antes del amanecer, no quiero tener la piel roja-rió metiendo las cartas en una de las bolsas, y saltando sobre el barandal-. Buenas noches Kiyoshi-se despidió-No me esperes despierto-susurró lo bastante alto para que el chico lo escuchara, justo antes de saltar, del barandal con una gracia y agilidad felinas.
-¿Quién planeaba esperarte despierto?- preguntó con sarcasmo, escuchando una carcajada lo bastante alta para que la escuchara solo el.
Volvió ha hacer una mueca, se sentó en el sofá mas cercano y tomo un libro que había en la mecha de noche que se encontraba a su lado. Maldijo al castaño en su mente antes de iniciar su lectura.
Los dorados rayos bañaban los jardines de la mansión. “Justo a tiempo”, una sonrisa se dibujo en su rostro; finalmente tomaría un descanso, las oscuras manchas alrededor de sus ojos eran señal de la fatigada jornada que tuvo. Volvió a subir por el mismo balcón, pensaba tirarse en el mueble más grande pero alguien lo hizo antes que él. El pelirrojo dormía con tanta calma, igual que un niño en los brazos de sus padres. Eso le causo enfado, él matándose por ir a entregar esas cartas y su “sirviente” descansando como si nada.
-Kiyo despierta-hablo sin fuerzas- Kiyo... ¿me estas escuchando? –el volumen de su voz aumento – Kiyo despierta ahora mismo, no tengo ganas de estar aguantándote ahora.
Por más que lo llamaba no respondía, sus palabras eran llevadas por la nada. Lo movió un poco pero solo obtuvo un quejido; de preguntarle al joven Von D la interpretación de él hubiera respondido que fue un “no molestes”.
-Los japoneses si que son exasperantes-gruño Kazuma, se agacho y acerco lentamente al oído del pelirrojo-, ¡Naragashi Kiyoshi, despierta de una vez…!-al no notar señal alguna en el pelirrojo tras aquel potente grito, que incluso hizo vibrar los cristales con asombrosa rapidez, decidió usar su carta maestra- ¡Es una orden! –en menos de un segundo Kiyoshi se irguió; estaba medio dormido aun, para colmo de Kazuma, así que no comprendía muy bien que sucedía.
-¿Kazu? ¿Qué ocurre?-bostezo.
-Sal de mi mueble, yo dormiré allí-contesto irritado.
-¿No sería mejor tu ca…?
-Ahora-gruño el castaño.
-Como gustes.
En cuanto Kiyoshi estuvo fuera del sofá Kazuma se recostó, informo al ojiverde que anunciara a los demás que no lo molestaran al menos que fuera extremadamente importante. El pelirrojo recordó algo al llegar hasta la puerta, se giro deprisa con la intención de decirle algo al castaño pero este ya se encontraba profundamente dormido.
-Vaya, Kazu eres increíble-suspiro rendido- te lo diré mas tarde-giro la manija y cerro con cuidado, no lo quería ver malhumorado por despertarlo.
-Repíteme eso, otra vez-indico al pelirrojo.
-Eso –dijo de modo inocente- la junta se ha adelantado para esta misma noche.
-¿Por qué no me lo dijiste cuando llegue?-pidió intentando calmarse.
-Me hubieras matado –soltó sin mas Kiyoshi- ¿una razón mejor que esa?, sin mencionar que teníamos tiempo de sobra –el castaño guardo silencio un momento.
-En primer lugar… tienes razón, lo hubiera hecho-admitió de mala gana-. En segundo, lugar debiste decírmelo de todas formas y tercero, el más importante: ¿realmente sabes en que parte del mundo vivimos? No tenemos tiempo de sobra, grandísimo idiota.
-Si, lo teníamos, pero eso es porque no podíamos despertarte, nos era imposible hacerlo-protesto el pelirrojo.
-No es el punto –pauso un momento-, deja tus maletas con los sirvientes.
-¿Para que?-inquirió extrañado.
-¡Nos vamos ahora mismo! ¡Así que prepárate para correr hasta el aeropuerto!
-Pero es muy lejos –alego Kiyoshi provocando una sonrisa maliciosa en los labios de su amo.
-Tu te callas y corres –dijo- es una orden.
¡No otra vez esas malditas ordenes!, era imposible ganarle a Kazuma cuando se ponía en ese plan. Así se vio en unos pocos segundo surcando tan veloz como una bala el bosque que rodeaba a la mansión.
-¡Tramposo! ¿Qué no puedes pensar en algo mejor que sacar el “es una orden”?
-Deja de quejarte, ¡me importa poco lo que pienses!-sonrió- además, después de todo, yo soy el “maestro”.
-Bastardo idiota-gruño el pelirrojo.
-¿Algún problema con eso?
-Demasiados.
-Mira, ya hemos llegado-informó para callarlo.
Volvieron a correr, esta vez eludiendo a un mar de personas, maletas, objetos regados por todo el piso y demás obstáculos. Se dirigieron hacia una sección privada del aeropuerto donde el joven Von D mostró una tarjeta para confirmar su identidad ante el guardia de seguridad. Buscaron un piloto y en menos de diez minutos ya estaban abordando un jet privado.
-Si salimos ahora mismo llegaremos a tiempo-menciono Kazuma dejándose caer en un asiento- por cierto Kiyo, ¿que haces hasta allá?-interrogo al verlo en los asientos traseros.
-¡Es mi problema!
-Como quieras, solo asegúrate de despertarme cuando lleguemos.
-¡¿Dormirás aun mas?!
-¿Objeciones?
-... No...
-Así me gusta.
-Te odio-musito Kiyoshi- te despertare lanzándote del avión-advirtió al castaño quien se rió.
-Quiero verte intentándolo, sabes que no puedes-se burlo.
-¡Duérmete de una vez!
Las horas pasaron lentamente, el sueño lo vencía pero aun así no podía permitirse ceder. Antes de siquiera darse cuenta su vista se nublaba pero el sonido del altavoz y la voz del piloto anunciando que aterrizarían pronto fue su salvación.
Se levanto estrepitosamente, incluso tropezó con sus propios pies, se levanto sacudiendo sus ropas hasta que finalmente se quedo de pie al lado del castaño. Comenzó a llamarlo pero, como antes, no le respondía en lo mas mínimo. Lo tomo de los hombros para zarandearlo con fuerza gritándole con potencia hasta que una mano le tapo la boca.
-Haces demasiado ruido Kiyoshi.
-Es su culpa por no despertar rápido Kazuma-sama-se defendió el aludido- ya estamos por aterri...-fue interrumpido por un repentino cambio de posición en el avión; estaban bajando.
Intento mantener el equilibrio en tanto que el joven Von D ya, inclusive, estaba usando su cinturón de seguridad. Se coloco en el asiento más cercano, e imito a su maestro. No paso mucho para volver a traspasar las puertas del aeropuerto. Apenas dieron un paso en la calle el castaño observo el reloj de su muñeca; miro de reojo a su acompañante quien solo esperaba las palabras del joven de ojos marrones.
-Tenemos una hora. Son las 11 en punto.
-¿Ves? Teníamos tiempo…
-No estés tan feliz-mascullo su maestro- aun tenemos que conseguir un traje para mi.
-Pero… no creo que las tiendas estén abiertas a estas horas.
-Exacto. Ahora te ordeno encontrar en menos de media hora una tienda abierta donde encuentres un traje de mi talla.
-… como diga, Kazuma-sama-dijo apretando los dientes.
-Bien, te veré en el hotel, esta es la dirección y una de mis tarjetas. ¡Suerte!-animó antes de tomar un taxi.
-¡Te odio! ¡Maldito aprovechado!-al sentir las miradas de los peatones, se hizo el tonto antes de comenzar su, muy probablemente, inútil búsqueda.
-Si-contesto.
-Joven maestro, ¿cómo se encuentra?
-Oh, Shirase… estoy bien, ¿porque la pregunta?
-Corrió todo el camino hasta el aeropuerto más cercano.
-Tienes razón, mi piel no se ha puesto roja.
-No lo decía exactamente por ello.
-¿Qué insinúas?
-Usted… desde hace tiempo que no…-un constante golpeteo lo interrumpió.
-Disculpa Shirase, debo atender la puerta. Hablaremos después-menciono colgando- ¡Ya voy! ¿Por qué no hay nadie en este lugar cuando se le necesita?
En cuanto abrió la puerta una prende voló hasta su rostro cubriéndolo por completo. Se la quito para golpear a la persona que las lanzo pero se detuvo al notar que fue el pelirrojo.
-¡Allí tienes tu traje! ¡Ahora cámbiate y lárgate a tu junta!
-Vaya, lo has logrado-comento incrédulo- nunca pensé que las ordenes fueran tan efectivas.
-¿Qué… qué quieres decir?
-Pensé que nunca conseguirías el traje a tiempo así que le dije a la gente del hotel que lo hiciera.
-En otras palabras… ¿solo lo hiciste para divertirte?
-Prefiero llamarlo “ver la fidelidad de mi sirviente.”
-Tu… tu…-susurro cerrando el puño
-¿Yo que?
-¡Te mato!-estuvo a punto de darle un golpe pero el castaño lo esquivo-. ¡No te dolerá mucho! ¡Así que estate quieto!
-¡Ni hablar! Me rehusó-exclamo en un tono infantil- deja de intentar hacer lo que sea que estas pensando, es una orden.
-¡Te odio!
-Me voy-anuncio traspasando el umbral de la entrada- así que apresúrate o no llegaras a tiempo a esa junta.
-Tu vienes conmigo, es una…-esta vez el pelirrojo alcanzo a cubrirle la boca.
-He dicho que me voy-le espeto seriamente, antes de salir corriendo, se notaba su molestia.
-Se enfada con tanta facilidad-suspiro Kazuma- después ira a la junta porque estará preocupado de que este solo con un centenar de vampiros que me odian -rió.
-Si me disculpa, estoy retrasado; ¿podría abrir la puerta y anunciarme?
-Ah… ¡si!-hizo una reverencia- mis más sinceras disculpas.
El hombre empujó la puerta abriéndola de par en par, así captando la atención de todos los presentes. El mayordomo entro primero, aclaro su garganta y después informo que Von D Kazuma había llegado, la sorpresa no se hizo esperar al ver al muchacho de mirada marrón aparecer detrás del hombre quien rápidamente volvió a la entrada. Muchas mujeres de la fiesta se sonrojaron con tan solo verlo a la distancia. Nuevamente el líder de la casa Von D era el tema de la conversación en todos lados. Jamás asistía a las juntas; habrán pasado décadas desde la última vez que lo vieron en persona, y eso seria poco.
-No otra vez-suspiro Kazuma cuando un grupo de chicas se le acercaba- aunque no puedo negarme a mi público.
-Narcisista-se quejo una voz a sus espaldas.
-Pero si es Kiyoshi-se burlo el castaño- ¿no que no vendrías?
-Jamás mencione eso, Kazuma-sama-dijo mordaz.
-¿Y que significas esas ropas que llevas?
-Es lo mejor que pude conseguir, no es un traje pero al menos es algo “adecuado” para la servidumbre Kazuma-sama.
-Al menos tu cara de enfado aleja a las personas-suspiro- me ahorras muchas charlas odiosas-el pelirrojo estuvo por responderle cuando fue interrumpido.
-¡Kazuma!-saludo una voz femenina abrazando al castaño.
-Señorita Marine, cuanto tiempo ha pasado.
Kiyoshi se quedo sin palabras, no sabía que hacer. Al parecer su maestro conocía a aquella mujer, pero por alguna razón no le agradaba el “trato tan informal” que le daba al joven Von D. Ella aparentaba unos veinte años, debía admitirlo, era una mujer hermosa… justo del tipo que le gustaban a Kazuma. De estatura media, ojos y cabellos de color cyan, y con aspecto dulce.
-¿Quién es este chico?-pregunto curiosa, sin zafarse de los brazos del joven.
-Ah, ¿quien?
-El chico pelirrojo a tu espalda.
-… ¡Ya recuerdo! Es Naragashi ehm… Yoshi.
-Naragashi Kiyoshi-dijo poniendo énfasis en el Ki.
-Como sea, es mi sirviente.
-Ya veo. Te he extrañado tanto-dijo volviendo a abrazarlo.
-Señorita Marine, no creo que…
-Ya te dije muchas veces que no me hables de “usted”. Somos más unidos que eso.
-¿Que?-exclamo el pelirrojo, atónito.
-Ella es quien me convirtió, no seas mal pensado Kiyo-alego Kazuma provocando un leve sonrojo en su sirviente.
-Es decir… ¿su relación es de maestro-sirviente?-corrigió, aun avergonzado.
-Te has convertido en un chico tan apuesto-sonrió la mujer.
-Hablas como mi madre.
-Técnicamente lo soy.
-Es verdad.
-¡Lo olvidaste!-se indigno Marine.
-Claro que… no, es tan nítido como el día en que nací-sonrió nervioso.
-No recuerdas eso-se molesto la mujer.
-Si lo hago-se defendió el aludido.
-Por supuesto que no, ahora siéntate-ordeno- ya veo.
-Bueno, no es algo que no esperáramos.
-¿Por qué la orden no funciono?-intervino Kiyoshi.
-Ha superado mi nivel-respondió Marine- cuando un convertido supera el nivel de su maestro será un vampiro libre. ¿Cuándo ha sido?-pregunto tras una pausa.
-Después de que huyera, enfrente de unos cazadores y me parece que por esa época-una sonrisa nerviosa recorrió sus labios.
-Han pasado más de 500 años-se asombro Marine- aun usabas el nombre de tus padres.
-Bueno, usar el mismo nombre durante mucho tiempo traería sospechas.
-Con que su relación es como la nuestra, Kazuma-sama.
-No exactamente-corrigió el castaño- yo he superado el nivel de mi maestra… además ella es una belleza, por cierto, ¿se ha hecho algo en el pelo señorita Marine?
-Vaya, Kazuma-exclamo riendo- sigues siendo el mismo Don Juan que siempre… aunque dudo que hayas logrado huir de mis ordenes-comento mirándolo a los ojos- dame un abrazo.
Los ojos de Marine cambiaron a una tonalidad más oscura y para sorpresa de Kiyoshi el castaño hizo lo ordenado.
-No sabes cuanto odio tu poder especial.
-¿Poder especial?
-Si, es el lograr manipular a las personas… me recuerda a cierta personita-se quejo.
-Ya puedes soltarme Kazuma.
-¡Al fin!-exclamo aliviado.
-¿Qué con las ordenes?
-Muere-espeto el castaño.
-También te quiero. Pero me alegro que superaras mi nivel.
-¿Por qué?-interrogo Kazuma.
-Ya que ahora puedo ir tras de ti-rió dándole un beso en la mejilla para después abrazar al ojiverde- ¡Chao!-se despidió, alejándose dando pequeños saltos.
-Ella es así, aunque me hubiera encantado que lo hiciera con su verdadera forma…
-¿Disculpa?
-También puede cambiar de forma. Y la original es tan…
-¡Ya entendí! No necesito saber más.
-Bueno, yo solo intentaba explicarte lo hermosa que es realmente.
-Ya lo sé.
-Kiyoshi esta celoso.
-De ninguna manera Kazuma-sama.
-Entonces puedo seguir-sonrió el chico-tiene el pelo largo, y cara de ángel, y si la vez justo antes de tu muerte, créeme que piensas que puedes morir en paz-recitó con ojos soñadores.
-Kazuma-sama, creo que no es el lugar para ese tipo de comentarios.
-¿Sabes que me encanta?
-No, realmente, es imposible saber lo que piensas.
-Que tu cara de limón acido aleje a todos los que están aquí.
-Bueno, gracias, pero prefiero rechazar el cumplido.
-Kiyoshi, no me gusta estar aquí, y tú junto a mí en este momento, es como tener una espada contra la yugular de estos tipos.
-¿En serio? Si te asusta tanto debe ser por algo, ahora en serio, ¿Hace cuanto que no venias a este tipo de reunión?
-Uhmm-hizo un gesto pensativo poniéndose la mano en la barbilla como si contara-. Uno o dos siglos, sinceramente, encuentro este tipo de cosas muy aburridas, cuando no hay una gran cantidad de chicas lindas, justo como ahora.
-¿Qué hacemos aquí entonces?-pregunto el pelirrojo con pesadumbre.
-Lo sabrás pronto.
-¡Que me quemen vivo!-exclamo la voz de un hombre mayor detrás de ellos- Kazuma Von D, ¿De verdad eres tú?
-Maestro-exclamó el chico mientras ambos se daban un abrazo amistoso.
-En serio eres tú, no podía creerlo cuando me dijeron que estabas aquí, tenía que verlo con mis propios ojos.
-Bueno no podía privar a todos de mi hermosa presencia.
-Eres un narcisista-suspiro el mayor-. Aun lo eres.
-¿En serio?-susurró sarcástico el pelirrojo.
-¿Quién es este joven, Kazuma?
-Ah, claro, lo había olvidado… de nuevo. Naragashi Kiyoshi, este es Albert Di Lioni, uno de los más antiguos, y mi maestro.
-Un placer conocerlo, Di Lioni-san-dijo al mismo tiempo que hacia una pequeña reverencia, comportamiento que se gano una mirada de interrogación del mayor.
-Lo siento, debí decírtelo maestro, Naragashi es japonés.
-Lo entiendo bien. El placer es todo mío Naragashi-kun –respondió con una sonrisa-. ¿Así que Kazuma?
-¿Qué tiene de malo?-interrogó el castaño.
-No tiene nada de malo, es un buen nombre, pero sinceramente me gusta más tu verdadero nombre, es más de época.
-Bueno no puedo andar por el mundo con el mismo nombre más de 500 años, es sospechoso, y no me da la libertad de movimiento que quiero.
-Claro, por eso es tan lógico tener un nombre japonés y un apellido francés, ahora todo tiene sentido-ironizo el mayor.
Las luces bajaron su intensidad, la música dejo de tocar en tanto que los invitados centraron su atención en la persona que bajaba las escaleras: sus cabellos dorados brillaban incluso más con el reflejo de la tenue luz, su piel era como el marfil y sus ojos ambarinos no hacían mas que despedir una gran tranquilidad; era de estatura alta y su complexión era lo suficientemente esbelta. Desprendía una presencia similar a la del joven de cabellera castaña, quien no se inmuto en lo absoluto.
-Les agradezco a todos ustedes por asistir a esta ceremonia-dijo finalmente.
-El joven Hamsenberg, nieto del Gran Maestro-sonrió el mayor.
-Ya veo…
-Hamsenberg Diether Allen Christopher-gruño Kazuma- ¿quién en su sano juicio usa tantos nombres aun?
-¿Él?
-No es el punto Kiyoshi.
-Temo, tengo que anunciarles ahora el verdadero propósito de esta reunión-una prolongada pausa se hizo presente- mi honorable abuelo… ha fallecido hace dos días.
-¡Imposible! El Gran Maestro… ¿muerto?-el pelirrojo trago saliva.
-Esto me trae un mal presentimiento-susurro Kazuma, a lo que su maestro asintió.
Una gran ola de susurros inicio, nadie podía creer lo que escuchaba de los labios del joven Hamsenberg. Al parecer que nadie le creía, prosiguió a mostrar un anillo, los presentes quedaron sin habla; el objeto que representaba el poder del Gran Maestro y, el cual, jamás se desprendía de él; incluso lo decía innumerables veces: “Primero muerto antes de quitarme este anillo”.
-Las causas de su muerte aun están siendo investigadas, pero como ustedes saben nosotros no podemos darnos el lujo de no tener un líder; muchos de ustedes conocen bien las viejas historias… sobre “esa época”. He hablado con la corte de mi honorable abuelo y hemos llegado a una conclusión.
-No me sorprendería que se autonombrara el nuevo Gran Maestro-rió el castaño por lo bajo.
-Kazuma-sama, no hable así-se quejo Kiyoshi.
-Si, si, como digas-se burlo el aludido.
-¡Habrá una competencia!-exclamo el rubio, dejando petrificado a mas de uno-. ¡Los líderes de cada casa serán los candidatos a Gran Maestro!
-Maestro, ¿escuche mal?-inquirió el castaño.
-No, de lo contrario a ambos nos falla el oído.
-¿Será la edad?
-No lo creo Kazuma.
-Estos candidatos, lucharan por el derecho de ser el nuevo líder de toda la estirpe vampirica Y cuando digo luchar… lo hago casi literalmente. Claro esta, el ganador decidirá la muerte o la vida del perdedor.
-Ese mocoso no ha cambiado en nada-suspiro el joven Von D.
-Joven maestro Hamsenberg, ¿esta usted seguro?-pregunto uno de los nobles vampiros.
-Definitivamente, aquellos líderes que no deseen participar por favor díganlo ahora.
-Yo me retiro-se escucho la potente voz del señor Di Lioni- mas sin embargo mi casa no se retirara de la competencia.
-Explíquese, por favor, estimado líder Di Lioni-ordeno el joven Diether.
-En mi lugar, quisiera que Marine, miembro de mi casa, sea la persona que participe en este encuentro.
-¡Maestro!-pidió Kazuma.
-¡Encantada!-se escucho a lo lejos la voz de la joven pelirrosa- Kazuma, hagamos nuestro mayor esfuerzo-rió antes de guiñarle un ojo.
Una lúgubre pausa, seguida de las quejas de la mayoría de los invitados, debió de ser parada por Diether, quien aunque no lo pareciera le encantaba la idea de colocar a Marine en el juego; más que nada porque lo haría aun más interesante, claro, lo mas que se podía con Von D Kazuma y él dentro.
-Petición aceptada-hablo el ambarino- ¿alguien mas que desee hacer alguna especie de cambio o abandonar?-al no recibir ninguna respuesta prosiguió-, a partir de la próxima semana, a la media noche, iniciara la competencia hasta que la mayoría de nuestros hermanos este de acuerdo, o por lo menos el consejo del anterior Gran Maestro, en quien se convertirá en el líder esto no acabara.
-Kazu… ma-sama, ¿piensa participar?
-Claro, no puedo manchar mi buen nombre retractándome en este tonto juego.
-¡Tenemos una guerra contra los licántropos ya!-agrego Kiyoshi- ¿esto no es un poco exagerado? ¡Lo último que necesitamos es una batalla interna!-finalizo en un gran grito, supo lo que hizo después de sentir las miradas sobre si.
-Una observación bastante intrigante más sin embargo, con guerra o no, esto se hará-sonrió Diether- Von D, veo que es tu sirviente-anoto.
-Yo… mis más sinceras disculpas Diether-san-pidió el pelirrojo- de inmediato me retirare; ha sido mi falta, mi maestro no tiene que nada que…
-Kiyoshi, silencio-hablo el castaño- no me avergüences mas de lo que ya lo has hecho.
-Si… Kazuma-sama-dijo cabizbajo.
-Me disculpo por la insolencia de mi sirviente, es nuevo en estas reuniones.
-Tal vez, Von D, tienes la culpa por no aparecer mas seguido-explico, retador- seguro que no hubiese sucedido en una reunión tan importante de tener algo de experiencia-afirmo alegre el rubio.
-Si realmente hicieran reuniones de importancia y en lugares adecuados aparecería más-insinuó en igual tono, ambos se miraron hasta que el nieto del Gran Maestro decidió cambiar de tema.
-Quizás tengas razón, en cualquier caso, por favor todos… disfruten del resto de la velada.
Nada sucedió después de eso, fue como si no hubiera ocurrido; el castaño en esos momentos hablaba animadamente con el señor Di Lioni y Marine. En cambio la pena de Kiyoshi aun no desaparecía del todo, quería golpearse la cabeza sobre el barandal en el que se recargaba, ya que no estaba seguro de que la tierra quisiera tragarlo en ese momento; aunque no tenía idea de cómo le encantaría que la oferta fuera aceptada. La risa de alguien a sus espaldas lo hizo estremecerse.
-Buenas-saludo el recién llegado.
-Bu… Buenas noches Diether-san-correspondió el pelirrojo- digo, Hamsenberg-san-hizo una reverencia.
-No es necesaria tanta formalidad.
-Pero es el nieto del Gran Maestro, sin mencionar líder de la casa Hamsenberg.
-Ya no soy su nieto, recuerda que mi honorable abuelo falleció-recalco mostrando una sonrisa amable.
-¡Lo siento! No le he dado mi pésame.
-No hace falta; se que a todos nos afecto esto.
-Por cierto, ¿qué relación tienes con “él”?
-¿Con él?-medito- ¿se refiere a Kazu… digo, Kazuma-sama?
-Si, con él-afirmo con un tono curioso.
-Bueno… el me convirtió, es todo. Solo soy un sirviente más.
Era extraño, tanto que daba hasta cierto miedo, ¿por qué de pronto el joven maestro Diether le estaba hablando?; aun más considerando que hace unas horas el rubio y el castaño prácticamente despedían rayos de sus ojos cada vez que se veían. Ahora que lo pensaba bien, realmente no sabía casi nada sobre el líder Von D, esa noche le enseño eso.
-Entonces, Kiyoshi-interrumpió Diether.
-¿Eh? ¿Cómo sabe mi nombre?
-Lo escuche en el momento que Von D te calló.
-Es verdad-rió nervioso el pelirrojo- dígame, Hamsenberg-san.
-Me gustaría saber algo-pauso- dices que solo eres un sirviente más, sin embargo… me gustaría saber-medito un poco-. ¿Qué haría Kazuma si te matara en este instante?-su voz se volvió seria y su rostro tomo un aire de diversión.
-Oh, uhm… yo, no lo sé…-tartamudeo, esas palabras lo preocupaban.
-¿Qué tal en este justo lugar, ahora?-inquirió pegándose más al pelirrojo.
-¿A que se esta refiriendo?-finalmente lo dijo, aquella pregunta que hace unos pocos segundos se hizo presente tras pensar en el significado de esa conversación.
-Supongo que no le molestara demasiado que mate a un simple sirviente. Además estoy aburrido.
Kiyoshi retrocedía, tenía un nudo en su garganta que le impedía pedir ayuda… ¡pedir ayuda! Era lo único que se le pasaba por la mente; sentía, no, más bien sabía que si se le enfrentaba no duraría ni un instante contra ese vampiro. Huir era inútil, sus piernas apenas y se movían. Sintió la barda en su espalda. Ya estaba en el borde del balcón en tanto que el vampiro de dorada cabellera se acercaba cada vez más a él, lentamente como disfrutando del momento. Trago saliva, ¿sería su fin?
Cerro sus ojos y en ese momento pudo apreciar el roce de las manos de Diether tocar su cuello. Pero después ya no continúo su objetivo original, abrió lentamente los ojos, y miro hacia la misma dirección que el ambarino observaba; no pudo saber si el semblante del líder de la casa Hamsenberg era de satisfacción, molestia o sencillamente volvió a la tranquila y amable. Mas allá, recargado en el marco de la entrada a la mansión, Kazuma los miraba a ambos mientras mecía en círculos la copa de vino entre sus dedos.
-Kazuma-sama…-fue lo único que pudo pronunciar, el rubio se alejo un par de pasos.
-Von D, ¿qué te trae a este lugar?
-El ambiente de las fiestas no es exactamente lo mejor para mí-justifico- necesitaba un poco de aire, es todo.
-Ya veo.
-Aprovechemos este momento, y hablemos, estimado Diether-sonrió el castaño.
-Tal vez solo sea una pequeña charla, Kazuma.
-Por mi esta bien, por cierto, ¿cómo esta tu hermana?-su sonrisa reflejaba cierta malicia.
-Ha mejorado, gracias por preguntar-contesto, su hilo de voz era algo tembloroso, al parecer intentaba controlarse- muere de una buena vez, maldito bastardo-pensó para sí.
-Oh-exclamo-, me alegro. Dale mis saludos.
Sin duda el castaño saboreaba aquel momento, era como una especie de venganza. El joven de mirada esmeralda solo apreciaba la escena, no entendía nada pero prefería no meterse. Diether se despidió de ambos jóvenes, dejando aun mas en shock al chico que miro a su maestro regocijarse de su victoria. Desvió la mirada hacia Kiyoshi, quien solo alcanzo a volver a erguirse.
-Kiyo…
-¿Eh? ¿Qué?
-¿Qué hacías con él a solas?-reclamo-. Es peligroso, ¿sabes?
-Me acabo de enterar, gracias-ironizo Kiyoshi.
-En ese caso ya estas advertido, la próxima vez no te ayudare-sonrió.
-Bastardo-pensó el chico-. Como digas, Kazuma-sama-suspiro.
-Kiyoshi.
-¿Ahora que?-alegó cansado.
-Solo por si las dudas-comento-. Te prohíbo que vuelvas a hablar con él…-sentencio, bastante serio- ¡y es una orden!-exclamo molesto antes de volver a entrar en la construcción, su mirada era de temer, igual que la de una bestia.
Esa era la primera vez que veía a Kazuma tan molesto, tanto que incluso le había inspirado temor.
~ Fin Eclipse 01. ~
